viernes, 13 de julio de 2012

Lectura dramatizada "Dos viejos pánicos" Virgilio Piñera







Me complace haceros participes de este próximo homenaje que se hará, en Barcelona, al escritor Virgilio Piñera con motivo del centenario de su nacimiento. Hace unas semanas,tuve la oportunidad de disfrutar de esta lectura y quedé fascinada con el excelente trabajo de realizan estos actores dirigidos magistralmente por Alfredo Alonso.A todos los que podáis asistir ,ahí va la invitación,se que os va a encantar.





Lectura dramatizada: “Dos viejos pánicos”

Con motivo del centenario del nacimiento del escritor cubano Virgilio Piñera,lectura dramatizada de “Dos viejos pánicos”,pieza con la que el autor obtuvo en 1968 el Premio Casa de las Américas.
En esta escinificación,dirigida por el actor cubano Alfredo Alonso y con la interpretación de los actores Alicia González Laá y Joaquin Daniel, dos ancianos inventan un juego para esquivar la muerte.

Virgilio Piñera, icono de las artes escénicas cubanas,es considerado por su tratamiento del absurdo,la crueldad,el surrealismo y el existencionalismo como el gran renovador del teatro moderno cubano.

Día: 19 de julio a las 20h
Lugar: Casa América Cataluña
c/Córcega, 299, entresuelo
08008 Barcelona




Fragmento



Dos camas de una sola plaza, separadas por un espacio circular marcado
en rojo. En una de la cama está Tabo, arrodillado de espaldas al
público, recortando figuras de una revista. En la otra está Tota,
su mujer, de cara al público; saca de una gran cartera una copa
y una botella de agua. Fotos de caras masculinas y femeninas
en las paredes. Luz blanca.
Tota: (A Tabo) Tabo.
Tabo: (Sin volverse) ¿Qué?
Tota: (A Toba) Vamos a jugar.
Tabo: (Sin mirarla) No.
Tota: ¿No? ¿Y qué haremos? ¿Mirarnos las caras? (Pausa) No pienses que
voy a perder mi tiempo hablando. ¿No te parece que después de veinte
años juntos quede algo por decir?
Tabo: Bueno, si no queda nada por decir, entonces nos callamos. (Pausa.
Coge una página de la revista y sin volverse se la extiende a Tota) Mira,
puedes ayudarme.
Tota: ¿Ayudarte? (Riendo) ¿Ayudarte a ti, precisamente a ti? La única ayuda
que te daría sería un empujón.
Tabo: Tota, ¿un empujón?
Tota: Pues claro, un empujón, así (Hace la acción) y no cuentas el cuento.
Tabo: ¿Un empujón? ¿Dónde, Tota?
Tota: Un empujón, un buen empujón por la espalda cuando te viera parado
al borde de un precipicio.
Tabo: ¿Estás segura, Tota? Yo tengo ojos en la espalda. (Se para, llega a la cama
de Tota, sube, se pone de espaldas a Tota) Mira, ese es el precipicio, yo estoy
de espaldas a ti, tú me empujas… Empújame, Tota. (Tota lo empuja, Tabo
no se mueve) ¿Lo ves? Será mejor que te pongas a recortar figuras. Ya te he
dicho que es lo mejor que podemos hacer. Recortar y quemar. Sí, Tota,

hay que quemar a la gente. Ayer quemé doscientas, y hoy pienso quemar quinientas. (Se incorpora lentamente hasta pararse, después baja y
se dirige a su cama).
Tota: (Que ha empezado a hablar desde que Tabo empezó a incorporarse. Con
tono conminatorio) Tabo… (Pausa) Tabo, ven acá. (Sube la voz) Saco de
huesos, viejo cañengo, ven acá.
Tabo:(Que de nuevo recorta figuras en la misma posición) Hoy quemaré quinientas.
Tota: (Se para, se pone las manos en las caderas, echa el cuerpo hacia adelante) Tabo, después no grites cuando te lo enseñe. Tabo, Tabito, ven
acá… es por tu bien. Cuando te lo enseñe y te dé el ataque, voy a dejar
que te revuelques echando espuma por la boca. (Pausa) ¿Te imaginas
lo que puede pasarte si te da el ataque? Tabo, tú estás muy mal; ¿qué
fue lo que el médico te dijo? (Imita la voz de un hombre) Señor Tabo,
nada de emociones. Tiene la presión muy alta y cualquier cosita…
Tabo: (Sin volverse, con voz suplicante) Tota, no sigas.
Tota: (Baja de la cama) ¿Que no siga? (Camina hacia Tabo, sigue hablando)
¿Que no siga, Tabo? (Se ríe) Tabo, dos infartos, un principio de hemiplejía, un edema, un edema pulmonar, sesenta años. Todo eso deja
huellas. (Pausa) Vamos a jugar, si no me complaces te lo enseño y esta
vez no cuentas el cuento. (Pausa, llega a la cama y le pone una mano en el
hombro) Viejo cretino, ¿tú crees que ahora es como antes? No, ahora
no es como antes. Ahora no puedes salir y dejar que Tota se quede en
la casa pensando: ¿a dónde habrá ido Tabo? ¿Qué estará haciendo?
¿Con qué mujer se acuesta? ¿Quién le saca el dinero? (Le mete una
mano en un bolsillo del saco) Tabo, aquí no hay un kilo (Mete la otra en
otro bolsillo) Y aquí tampoco. Ahora no es como antes y como ahora
no es como antes, si te lo enseño te dará el ataque, y como los infartos, la hemiplejía y el edema dejan huellas, esta vez no contarás el
cuento. (Pausa. Le pone las manos en los hombros y lo obliga a volver la
cabeza hacia ella) Dime, Tabo, contéstame, Tabo, decídete, Tabo.

Tabo: (Hace un movimiento violento) Tota, tú no me lo vas a enseñar, tú no
puedes hacerle eso a tu Tabo, tú no quieres que tu Tabo se muera.
Tota: (Se ríe) ¡Óiganlo! Como siempre, como si ahora fuera como antes.
Tota, loca de amor por Tabo, Tota suplicándole a Tabo. (Hace como que
suplica) Tota arrodillada ante Tabo (Se arrodilla) Tota llorando porque
Tabo tiene otra mujer (Llora. Pausa) ¡Viejita, vuelve a ti materia! Claro
que no quiero que Tabo se muera, si se muere, Tota se queda sola, se
aburre. Pero Tabo no quiere morirse, ¿no es cierto, Tabo? ¿No es cierto
que tú no quieres morirte? (Lo coge por debajo de los hombros) Ven acá,
déjame ayudarte. (Con voz amorosa) Vamos, tu Tota no quiere que te
mueras… (Lo arrastra hasta sacarlo de la cama) Vamos, un esfuercito.
(Lo va parando) Ya está. Ahora, a jugar.
Tabo: (Vuelve a la cama, se arrodilla, vuelve a coger las tijeras) Pues no voy a
jugar, Tota, no y no. (Cogiendo una figura que representa a un nadador)
Tú también… ¿te acuerdas? (Eleva la figura por encima de su cabeza)
Tota, tú también. ¿Cómo se llamaba? (Piensa) ¡Paco! Hiciste horrores
con Paco. (Baja la figura) ¿Cuándo años viviste con él? ¿Fueron cinco
o seis? ¿Y qué me dices de la cirugía plástica que te hiciste? ¿Cuánto te
costó? ¿Y el auto que le regalaste a Paco? ¿Qué me dices del auto?
Tota: (Histérica) ¡Silencio! Paco se ahogó en el Canal de la Mancha. Paz
a sus restos. Pero ahora, solo quedamos tú y yo. Tú y yo, y tú con
miedo, sí Tabo, con miedo de que te lo enseñe, y si te lo enseño no
cuentas el cuento. Ven acá, que voy a enseñártelo. (Empieza a caminar
hacia su cama dando zancadas muy fuertes).
Tabo: (Gritando) Tota, no lo hagas. Te pido perdón por haber mentado
a Paco. Paz a sus restos. (Suplica) Déjame recortar mis figuras. Tota,
necesito quemar mucha gente. Si nos ponemos a jugar no tendré
tiempo para recortar la revista entera. Te prometo que no quemaré a
Paco. Lo juro. (Coge la figura y la rompe en pedacitos) ¿Lo ves?..

Virgilio Piñera